MOLLY'S GAME
- AITOR SANZ
- 13 ene 2018
- 3 Min. de lectura

El metraje nos cuenta la historia de Molly, una ex-esquiadora olímpica que tras un grave accidente decide dejar la competición. Después de una infancia y adolescencia dedicadas al entrenamiento, la protagonista paralizada su vida durante un año para encontrarse a sí misma. Aplaza sus estudios de derecho y se muda a la ciudad de Nueva York, pese al desacuerdo de su padre. Una vez allí, encuentra trabajo en un bar de copas en el que, al poco tiempo, conoce a un hombre que le ofrece trabajar como secretaria/esclava por 450 dólares semanales. Éste es un arruinado ludópata, desagradable y egocéntrico con muy buenos contactos. Este personaje organiza timbas de poker en su casa con botes millonarios. Ordena a Molly que le ayude a organizar una de sus quedadas y a llevar la contabilidad de las jugadas. Al final de la misma, el hombre bromea diciéndoles al resto de jugadores que, si quieren volver a jugar, tienen que darle propina a la chica. Esa misma noche Molly recibe 3.000€ de sobresueldo.
A partir de ese momento es ella quien organiza estas partidas con asiduidad para su jefe. En una sola noche gana más dinero que trabajando todo el mes como secretaria. Un día el jefe se cansa de ella y decide echarla a la calle. Con todos los contactos y unos cuantos miles de euros ahorrados por las propinas, decide montar su propia timba de pocker en la habitación de un hotel de lujo, quitándole los jugares a su antiguo jefe.

Escena de la película Molly's Game
Poco a poco consigue convertirse en la "princesa del poker" de la mano de su compañero conocido como X, montándose un negocio "legal" que roza la línea del delito. Finalmente, su compañero decide dejarla tirada. Tras varias semanas depresiva y angustiada por su propia codicia, decide montarse su propio negocio junto con unas cuantas chicas. Inventan un bulo que difunden en fiestas privadas de alto copete. 250.000 dólares para entrar en la jugada. Empieza la fiesta. Cada vez consiguen más jugadores haciendo alianzas con gente del gremio. Molly entra en un pozo cada vez más oscuro y jugoso, codeándose con gente peligrosa: la mafia rusa, italiana...
Empieza a conceder "prestamos" a algunos jugadores, hasta que llega un momento en el que le deben más de 2 millones y medio de dólares. Bajo el efecto de los estupefacientes y siguiendo los consejos de una de sus chicas, decide comenzar a cobrar un 2% de los beneficios de las partidas. Tras esto entra en el mundo de la ilegalidad. La mafia rusa le ofrece una alianza. Molly deniega la oferta y le pegan una paliza en su apartamento. Tres semanas más tarde, mientras se recupera de las heridas, recibe un mensaje en el que le advierten que la policía está yendo a por ella.
Toda esta nube de acontecimientos se desarrollan a través de flasbacks que ella cuenta a su abogado. El letrado trata de hacer ver al fiscal que ella no era más que una simple camarera, pero se niega a evadir su culpa y decide afrontar la pena que le impongan. Al final, resulta absuelta de la cárcel por considerar que "en cualquier bar de Wall Street comenten mayores atentados contra la sociedad". La condenan a pagar una multa de 200.000 dólares y horas de trabajo a la comunidad.
Una película sin duda emocionante y más todavía sabiendo que está basada en una historia real. tiene un guión brillante y una puesta en escena espectacular. Por no escribir sólo alabanzas diré también que tiene algún que otro fallo de raccord. La actriz que interpreta a Molly, Jessica Chastain, es un tanto inexpresiva y, desde mi punto de vista, tiene un cierto parecido a El Lobo de Wall Street.
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