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TAU

  • AITOR SANZ
  • 20 ago 2018
  • 3 Min. de lectura

🌕🌕🌗🌑🌑

Se trata de una película original de Netflix que podría ser catalogada dentro del género de ciencia ficción. Además, presenta ciertos toques de terror angustioso, lo cual es obvio al tratarse de un film room scape. Decir también como introducción que se trata de un metraje bastante correcto, con un buen equilibrio entre acción y diálogos, aunque no resulta innovador. La trama general es previsible a medida que avanza, dejando poco lugar a sorpresas inesperadas. Es una película que hace 10 o 15 años habría causado algo más de impresión, pero a día de hoy poco tiene que hacer. 

Dirigida por Federico D’Alessandro, el filme nos lleva a un futuro no muy lejano donde la revolución de la inteligencia artificial empieza ya a dar sus primeros pasos. TAU es una cápsula dotada con la capacidad para procesar información igual que la mente humana. Es, por así decirlo, un experimento que cumple la función de proyecto final en el estudio de un científico loco. Sin embargo, el nudo de la trama se teje en el momento en el que el científico secuestra a Julia, una chica un tanto problemática que sirve como conejillo de indias. El objetivo es estudiar su mente excepcional mediante una serie de ejercicios. Así pues, trata de dotar a la máquina de sus ventajosas capacidades cognitivas. 

Netflix está apostando muy fuerte por la ciencia ficción este año, aunque con resultados bastante cuestionables. TAU no es un desastre, pero tampoco una película redonda. Presenta con cierta torpeza y de forma poco sutil reflexiones interesantes, con unos efectos especiales correctos (aunque propios de una producción de presupuesto limitado) y un estilo visual atractivo (tirando de filtros rojos y azules siempre que la ocasión se lo permite), pero falla en conseguir que nos importe verdaderamente lo que estamos viendo en pantalla. Su intención de ser profunda se ahoga en sus referentes del género, y acaba siendo otra película prometedora, pero fácil de olvidar.

Si una certeza queda al terminar el visionado de TAU sobre cualquier otra consideración es que Maika Monroe se ha ganado a pulso su actual estatus. La actriz vuelve a dejar claras sus grandes dotes para la interpretación dando vida a un personaje repleto de atractivos, una "chica final" capaz de aunar en un único ídem fragilidad y fortaleza, así como una capacidad innata de ganarse con suma facilidad el favor del espectador. En este caso concreto, no se entendería una película como ésta sin su musa, sobre todo si tenemos en cuenta que la ópera prima de D´Alessandro no brilla excesivamente en ninguna de sus parcelas, por más partido que intenta sacar de temáticas recientes de importante calado.

Si pasamos por alto sus particularidades de base y entendemos la película como lo que realmente es, un thriller minimalista ambientado en uno de esos muchos futuros indeterminados, degustaremos las mejores partes de la partitura. Maika Monroe y su compañero virtual consiguen acercarnos en varios pasajes a esa épica dramática que entiendo es el objetivo principal. De hecho, en los primeros compases se amaga de manera tentadora con el torture porn, lo que podría haber desembocado en alguna especie de suerte a medio camino entre la fórmula “Saw” y el terror futurista.

Si algo está cuidado en las producciones de Netflix, es el apartado audiovisual. En este caso, una de cal y una de arena. Si por un lado la banda sonora brilla con luz propia, jugando a la perfección con sonoridades electrónicas, es en el apartado visual donde encontramos las mayores controversias. Destacar el uso de los neones en los colores, tanto la recreación del escenario cerrado en el que se desarrolla toda la acción, como en algunos efectos especiales digitales.

Finalmente, llegamos a la conclusión que lo mejor de toda la película es la interpretación de los actores. La idea, sinceramente, no me entusiasma. Creo que los Simpson tienen un capítulo muy similar que me resulta más atractivo. El apartado audiovisual está bastante correcto, sobre todo la fotografía. No me gustan los efectos especiales que emplea. Guión aceptable aunque con algunos baches. Predecible. Pese a todo esto, es entretenida. Una película ideal para aquellos días no tienes demasiadas ganas de darle vueltas a la cabeza.

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