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COCO

  • MIRANDA ÁLVAREZ
  • 10 may 2018
  • 11 Min. de lectura

Seamos o no seguidores del campo de la animación (en mi caso, es totalmente un sí), es difícil haber quedado fuera de la gran repercusión que ha tenido “COCO”, de disney pixar, este año; ya sea tanto en taquilla como en el panorama general del cine. Y es que, siendo ganadora del premio a la mejor película de animación en la 90ª edición de los Óscars (la que fue en este año, 2018), “COCO” se ha hecho hueco muy rápidamente en los rankings de las películas pixar mejor valoradas, tanto por críticos como por la audiencia en sí.

Según estadísticas, alrededor del 94% de su audiencia la ha valorado muy positivamente creando la sensación de extrañeza en la sala de cine en la que se estrenase y no generase una situación de llanto colectivo en el momento cúlmen de la película.

Saliendo un poco de estadísticas o rankings generales, vamos allá con mi crítica personal sobre esta película, comenzando primero por presentar las preguntas típicas que suelen realizarse ya a las afueras de la puerta del cine cuando el film ha causado tanto furor entre sus muchos espectadores:

¿Es acaso su popularidad justificada, o a la gente le gusta porque “está de moda” y es un efecto dominó entre el público?

¿Puede que sea conmovedora, pero no una buena película a fin de cuentas?

Bueno, hablando de sus partes, dividiendo a la película en varios aspectos generales que la conforman, llegaremos al punto definitivo de responder estas preguntas realizadas.

(Si quieres saltarte todo el tostón e ir al final del post donde se abrevia la idea de la crítica, baja hasta el resumen. Evitándote el desglosamiento del film, su exhaustivo análisis y las diversas críticas y sátiras a otras películas, series y personajes, tanto de dentro como de fuera del mundo Disney)

EL GUIÓN

Cierto es que, sin un buen guión, una premisa dramática que podría llegar a ser realmente buena, seguramente acabe siendo una basura. Y viceversa, con un guión bueno, hasta lo más cliché de las películas puede resultar innovador y conmovedor (como por ejemplo “Lalaland” cuya dirección de escenas y metáforas visuales con el teatro y la música, sacaron, de la típica historia de amor básica de cine, una película disfrutablemente melancólica y visualmente admirable)

Y es que no es tanto lo que se cuenta, sino la forma de contarlo.

Si ya en el mundo del cine, en general, el guión resulta increíblemente importante, en una película de animación, atendiendo a muchas de sus características a tener en cuenta cómo:

explotar los costosos fondos realizados, crear una atmósfera adecuada con los colores y luces ambientales, crear diseños convincentes de personajes que transmitan lo que se busca de ellos pero sin llegar a ser caricaturas bizarras, exageradas o excesivamente cliché (como lo son las últimas temporadas de “los simpsons”, lo siento fans actuales); el guión, se volverá completamente imprescindible para conseguir crear lo que yo llamo el efecto “más allá”.

Este efecto consiste en ir más allá de la única audiencia para la que presuntamente va dirigida.

Y resalto, presuntamente porque es bastante agotador oír a personas “adultas” decir lo contrario con frases típicas como “yo quiero ver una película de verdad y no una de dibujitos”

Y es que en eso “COCO”, no deja a nadie indiferente.

Ha sido una película de animación que ha tocado un tema tan delicado pero común entre todo ser humano, que, personalmente, creo que (al igual que “Inside-out”) se ha hecho tan profunda, que ha llegado a tocar incluso más al público adulto que al infantil en este caso, traspasando esa barrera invisible que tiene limitado al público de la animación a solo para niños.

Dejando tonos genéricos: En guión, no solo hablando de diálogos, sino de evolución de escenas, de conocimiento y desconocimiento de los personajes, y de momentos sobrecogedores en los que la película te lleva a un nivel de emoción personal, conectando con ese punto humano, que todo el público en la sala ha vivido, de “fragilidad” y “amor” por un ser querido; “COCO”, se lleva la palma a la hora de explotar, en el buen sentido, los valores de amor y familia a los que, incluso yo misma, respondí en su trailer con cierta reticencia.

Y es que, es difícil, muy difícil, nombrar este tipo de conceptos tan súmamente explotados, incluso fuera del cine (yendo desde los mass-media, al marketing, “Coca-cola”, incluso la misma Iglesia o las instituciones políticas) sin resultar repetitivos, cansinos o carentes de emoción alguna.

Son términos que han llegado a ser asfixiantes a la hora de crear una historia sobre ellos o simplemente ser escuchados (al igual que, no me hagáis hablar de ello más de la cuenta, “la amistad” y de cómo ésta se derivó a un cliché creador de tendencias suicidas en la saga de anime de “Pokèmon” a lo largo de sus temporadas)

Pero desde la inocencia tan íntima y pura de un preadolescente de 12 años, que comienza a ver el mundo desde sus ojos a esa edad, y a interesarse por lo que le crea esa sensación de satisfacción personal y vocación, del tipo que ensancha el pecho; Pixar ha sabido muy bien llevar esos conceptos principales de su película hasta el espectador más escéptico y reacio. Creando ese momento de “Dios, quiero llorar fuerte” en el nudo de la garganta de toda la sala de cine o de sentir los pelos de punta al ver a Miguel en ese cuartucho enano sintiendo la música con ese primer plano tan precioso que te permite ver hasta los finos vellos que cubren la piel de su mentón.

El cómo la historia e incluso la visión que pudieras tener de los propios personajes, evoluciona a merced de la sapiencia de Miguel, el niño protagonista, y su aventura, te hace conectar tan bien con él y el resto del elenco, que cuando llegan los momentos dolorosos o emotivos del film empatizas tanto a nivel personal, que te hace trasladar al caso de la película tu propia experiencia parecida, con ese ser querido que se haya podido ir, o ese alguien especial que haya tenido que abandonarte de algún modo.

Quizás como crítica más negativa a su guión (cosa que he oído de gente a la que esta obra de Pixar haya podido no llegarle tanto), sí que puedo apelar un poco a la vagancia del “plot-twist” del final de la película… Ya que.. ñeh, a lo largo de ésta se iba haciendo tan evidente su llegada que… Lo siento, pero Ernesto de la Cruz, no daba el pego ya como yayo de nadie a esas alturas del film.

Pero no le doy más relevancia a este aspecto negativo, ya que no creo que la intencionalidad de la peli fuera la de crear un gran “plot-twist” que lo cambiase todo como en

“El club de la lucha” , sino más bien, darle pie a la siguiente escena que era la realmente reveladora a través de la emoción del flash-back de Héctor con su hija Coco cantando a dueto.

Ilustración de Miranda Álvarez Carretero @maknaru

PERSONAJES Y MENCIONES

Solo con saber que al fondo de la película, hay nosecuantísimas menciones y guiños a artistas, y figuras importantes en México, a través de personajes secundarios, ya es para decir “wow” José Infante y Jorge Negrete, Frida Kahlo, Diego Rivera… etc

Aunque si nos ponemos con el elenco principal, la creación de un personaje tan carismático y creíble como Ernesto de la Cruz es una de las cosas que más me gustó del film.

Transmite tan sumamente bien ese aire de gran cantante de la época de nuestros abuelos y esa elocuencia de las baladas y rancheras mejicanas que… De verdad, mis dieces.

Aunque realmente tengo que puntualizar el que yo siempre acabo siendo muy amante de los malos de las películas, así es que eso puede haberme influenciado fácilmente.

Son los personajes que más suelen representar las emociones humanas básicas y existentes de forma más sincera y menos pedante, aunque… no suelen llevarlas por el buen camino al final. Pero aún así, a medida que vas creciendo incluso te sientes identificado con alguno de ellos en lo exasperante que te puede resultar el protagonista (como es el caso de Úrsula en “La sirenita” y del encaprichamiento de ésta con un príncipe que ha visto UNA VEZ EN SU VIDA. Sí, disney, el ser humano siente celos y envidia de forma natural e instintiva, y sentirlos no es malo o antiheroico, solo hay que controlarlos bien para no querer matar a tu hermano o usurpar el trono o algo así)

Miguel, el personaje principal, es, de los que están en el mundo de los vivos, al que más veremos sin duda hacer de representante de esta parte de la familia Rivera, ya que sus padres son insustanciales para la historia, sus tíos (vivos y muertos) también y la abuela, supone esa parte de la familia que inculca el muy poco defendido por mí “esto me va a doler más a ti que a mí, pero así aprendes” .

Aunque luego, me emociona que Pixar juegue con estos personajes que salen de las típicas figuras ancianas que lo saben todo (la abuela sauce de “Pocahontas”, la sra. Potts de “La bella y la bestia”, Tala la abuela de “Moana”… etc) y que demuestran que, una vez más, los adultos pueden confundirse en el método de proteger a los que quieren o de dar sus consejos. Siguen siendo humanos a fin de cuentas, y cuanto más ancianos más arraigadas pueden tener sus costumbres. Por lo que se tiende a la cabezonería en algunos casos.

Todo esto lleva a Miguel a una búsqueda de sí mismo entre los dos aspectos que más le importan en la vida: su familia y la música.

Y terminará cuando conozca todo lo que le faltaba saber del resto de su familia durante su viaje al más allá con Héctor y mamá Imelda. Llegando al momento esperado por todos en esa melodía de guitarra tan preciosa que le dedicará al personaje, cuyo nombre es el título del film, la abuelita Coco.

Quizás el único personaje que se me hace ligeramente pesado sea Dante, ya que su importancia en la película no va mucho más allá de un par de situaciones cómicas o de demostración de personalidades de otros personajes (como el caso de la chancla de la abuela). Aunque como representación de la cultura mejicana sí que es curioso ya que esa raza de perro, el Xoloitzcuintle, aparentemente se entiende en la cultura como un guía espiritual y su nombre deriva de un dios de la vida y la muerte (más claro ahora, ¿eh?) Pero no se hace excesivamente cargante o pesado como para ganarse el odio de la audiencia (hablando de mi caso obviamente) así es que no le daré mucho más bombo.

La abuelita Coco y sus padres. Con sus escasas dos o tres intervenciones de diálogo, esta ancianita se clava en el pecho de la persona más ajena al cuidado de ancianos del universo, creándote esa sensación de nostalgia arraigada en el alma que duele pero a la vez gusta rememorar. Y tanto Héctor como Imelda son personajes que demuestran como un error puede marcar definitivamente tu vida, pero que siempre hay ocasión de aceptarlo y querer ponerle remedio.

Como último destaque, hablar de Imelda, ya que me resulta un personaje femenino muy inusual en las películas disney, ya que, si tiene que morir alguien siempre es la madre. Pareciera que disney tiene un cartel de “viva la orfandad materna” puesta en la entrada de cada uno de sus estudios. Además es un personaje realmente fuerte, que saca a toda una familia adelante atendiendo a la cultura y a la época, lo que lo hacía más difícil por el papel de la mujer más entendida solo como ama de casa y no como fundadora de un negocio en Méjico en la época aproximadamente del 1920.

Del resto de personajes secundarios decir que, aunque poco visibles en pantalla, si el elenco de Pixar se planteó en algún momento hacerlos dolorosos para nuestra salud, no cabe duda de que lo consiguieron durante la película sin problema. Como es el caso de “Chich” o Chicharrón. Esa escena me pareció realmente bonita e íntima.

MÚSICA Y ANIMACIÓN

Solo me queda aplaudir a Michael Giacchino por crear otra obra maestra como lo hizo en “Buscando a Nemo” (aunque tengo que decir que la BSO de ésta segunda película me puso los pelos de punta durante toda la peli).

Consolidar bandas sonoras tan completas y equilibradas, y tan dispares entre sí, da a entender el conocimiento y estudio que se hace tras éstas y la versatilidad del compositor.

Aún sin ser muy amante de las rancheras o mariachis, después de salir de ver “Coco” sentí la imperiosa necesidad de oír su banda sonora una y otra vez hasta que tuve que comprarla.

Las tres versiones del tema principal “recuérdame”, transmiten tantas cosas diferentes aún siendo la misma letra y guitarra. Que hace que no te canses de oírla en sus tres formas ya que cada una parece única en sí.

La ranchera de amor alegre y despreocupado de Ernesto, la canción secreta de un padre y su hija y el recuerdo de una vida que estaba quedándose en el olvido en una mente enferma y anciana… Como tema principal es maravilloso, ciertamente.

No puedo extenderme tanto como quisiera en este punto, ya que no soy músico y no puedo hablar sobre composición o acordes con mayor precisión, pero como espectador, sí que me sentí completamente envuelta en la atmósfera que se planteaba en cada escena gracias a la melodía que sonaba al fondo de ésta. Esto unido a la voz elegida para Miguel en la versión española, me resultó exquisito.

En animación, tengo que decir, que tanto en acabados como en efectos fue visualmente maravillosa.

Sí que es cierto que desde la creación de la ciudad de “San Fransokio” en “Big hero 6”, no ha habido paisaje que me pareciera más asombroso o admirable en toda la ristra de fondos digitales de disney. Pero el estudio de la cultura mejicana para los detalles y creación tanto de “Santa Cecilia” como la composición de los edificios y estructuras del mundo de los muertos se hace tan palpable que realmente te transporta allí y te empapa de la cultura mejicana.

Una cosa que no todo el mundo suele saber debido a que es algo muy concreto el modelaje de los personajes de la animación, es que “COCO” es la primera película de Pixar que plantea esqueletos completos a animar en sus escenas. Y no contentos con ello, les ponen ropa, que, a nivel de polígonos y diseño es increíblemente difícil de manejar y hacer funcionar sin errores.

Cada vez se va viendo más la calidad de animación, detalles y efectos digitales en las películas 3D, pensar que de “Toy Story 1” (maravillosa en animación para la época) con esos niños que apenas levantaban sus hombros al alzar sus brazos o ese perro con sus patas casi con artritis por las dificultades en el diseño de sus esqueletos y articulaciones, hayamos llegado a la complejidad y nivel de preciosismo demostrado en “COCO” es flipante.

Por lo que resumiendo para concluir este análisis extenso de “COCO”.

Se hace una película muy disfrutable, ya sea a nivel visual, musical y narrativo para toda la familia. Y no solo porque sea cine sin límite de edad al público, sino porque realmente TODA LA FAMILIA, se puede ver inmersa totalmente en la película.

Aún cuando hay otros metrajes disney o pixar que siguen manteniendo su puestoen mi ranking de películas de animación, cabe destacar que “COCO” no ha quedado fuera de éste, abriéndose paso en el tercer o cuarto lugar favorito en mi lista.

Ante su banda sonora, animación y personajes solo puedo disfrutarlos, y aunque el ritmo narrativo puede hacerse algo lento o predecible (lo primero debido a lo segundo) sí que es cierto que el bombazo emocional sigue impactando sin importar cuantas veces la veas.

Creo que ha sido una propuesta muy original de Pixar el basarse en realizar un film estructurado en conceptos principalmente emocionales, sin destacar la aventura demás o revivir cuentos antiguos “disneyzalizados” , este junto con otros de los últimos títulos de Pixar han dado pie a ver la intencionalidad más profunda de los estudios, dejando más de lado las historias cliché (más bien hablando aquí de Disney que de Pixar ya que siempre han sido bastante más originales narrativamente) de princesas y príncipes o historias de amor de pareja.

La familia siempre fue importante en Disney pero nunca se realizó una película enteramente de ella en estos aspectos concretos, y me ha gustado el resultado.

Por lo que: Me resulta una muy buena película y totalmente recomendable a ver. Al menos una vez.

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